En la adolescencia se viven cambios a nivel biológico, físico, psicológico y emocional, y son estos últimos de los más relevantes durante este periodo de vida en cada ser humano ya que representan en mayor medida grandes cambios de comportamiento, actitudes y modo de vida.
Adolescencia y Educación: Inteligencia Emocional
En la adolescencia se viven cambios a nivel biológico, físico, psicológico y emocional, y son estos últimos de los más relevantes durante este periodo de vida en cada ser humano ya que representan en mayor medida grandes cambios de comportamiento, actitudes y modo de vida. Y está relacionado a su autoestima, su autopercepción y la relación con su entorno.
Es importante, en primer lugar, aprender la diferencia entre una emoción y un sentimiento, así como la manifestación, expresión e identificación de las mismas; o en otras palabras, trabajar con la inteligencia emocional. Las emociones vienen como respuesta de nuestro cuerpo y cerebro hacia los estímulos recibidos. Estas reacciones, son efímeras y momentáneas, es decir, se presentan y se manifiestan durante un periodo de tiempo corto. Y a diferencia de estas, los sentimientos pueden ser duraderos.
Podemos decir que, si nosotros como docentes, incluimos la inteligencia emocional en las aulas y les brindamos herramientas a los jóvenes y adolescentes para obtener esa capacidad de reconocer y controlar sus emociones, sabemos entonces que podrían ser adultos más conscientes. El tema de la inteligencia emocional aborda desde el autocontrol, autoregulación, el autocuidado y el autoestima, que en artículos siguientes estaré abordando cada tema en particular para darle mayor énfasis.
Las emociones forman parte de nosotros y son importantes ya que tienen una función adaptativa, nos brindan herramientas para afrontar diversas situaciones. Lo más importante, es hacerles saber que tienen derecho de sentirlas, conocerlas y expresarlas, sin juzgar y reconociendo la situación que los hizo sentir de ese modo. Para así nombrar lo que sienten. Educar a través de las emociones y saberles como seres sintientes, empáticos con ellos mismos y con los otros, resilientes e incluso comprensivos nos permitirá tener generaciones con una autoregulación.
En relación con lo anterior expuesto, este conjunto de habilidades que con la inteligencia emocional podemos trabajar con cada estudiante tienen un papel fundamental en su desarrollo como personas. Podemos influir en mayor medida en cómo se adaptan a diversas situaciones en su entorno y en esta dimensión psicológica, las estrategias que les podemos brindar son las siguientes:
- Reconocer la emoción: Los adolescentes podrán nombrar lo que sienten y así después,
- Identificar la causa. Esto puede generarlo una situación, vivencia, experiencia, persona, actitud, etc.
- Expresarla y manifestarla: es importante que aprendan a expresar con alguien de su círculo de confianza lo que sienten, incluso si no quieren expresarlo, podemos incluir actividades o dinámicas de clase para lograr esto. Y;
- No juzgarse y aceptar que esa emoción existe. Manejar el autocontrol y el autocuidado.
Hoy en día, las nuevas generaciones hacen visibles muchos cambios que deben generarse a través de la reflexión y el análisis. La inteligencia emocional debe empezar por nosotros mismos para después saber aplicarla pedagógicamente. En este ámbito, es necesario identificar los momentos didácticos más oportunos y las experiencias motivadoras que se podrían generar para aprovechar y gestionar este tema. En cierto sentido, reflexionarán y dominarán el tema de las emociones de mejor manera y harán posible la capacidad de saber relacionarse mejor con su entorno.
Entonces, los adolescentes podrán enfocar sus emociones a un objetivo y así les permitirá mantener la motivación en lugar de ver un obstáculo en ellas. Dicho de otra manera, debemos permitirles sentir y expresar adecuadamente su sentir. Valorar y actuar correctamente ante la manifestación de sus emociones y lograr su autocuidado. Esta correcta interpretación nos ayudará en el tema de la empatía (el reconocimiento de las emociones de los demás) y así generaremos situaciones diversas de aprendizaje, donde podrán detectar también el sentir ajeno y serán capaces de comprender. Dejemos huella. Cambiemos la manera de relacionar sus emociones como algo invisible y démosle esa voz a cada una de ellas para así lograr una relación pedagógica inherente. Y esta relación debe buscar la manera correcta de expresar las necesidades propias del desarrollo en esta etapa de su vida que como estudiantes y como personas les permitirá prevenir situaciones en las que puedan verse vulnerables y susceptibles.
Increíble documento gracias por compartir
¿Cuál es el concepto adecuado, regular emociones o gestionar emociones? Al hablar de inteligencia emocional la mayoría habla de «regular» pero eso me parece sinónimo de «impedir o minimizar» yo optó por la gestión, es decir, reconocer y aplicarlas en la medida que requiera la circunstancia.
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